2 oct 2014

El niño que murió de viejo

Nunca dejó de soñar,
aunque cada vez sus sueños se volvían más inalcanzables.

Rió a carcajadas cada vez que pudo.
Nunca dejó de sorprenderse.
Nunca se privó de abrazar apretado a quien quiso.

Cambió de amigos constantemente
para no dejar de jugar.

No dejó de mentir aunque la realidad contrastara con los hechos,
pero fue sincero con sus sentimientos.

A sus 70 años murió feliz.
Nunca se enteró cuándo debía dejar de ser feliz.

25 sept 2014

La última revisión

María esperó hasta estar segura de que la clase había concluído. Bajó las escaleras y se acercó al Sr K, su profesor.

    - Profe, disculpe, ¿podría revisar mi cuento? Quisiera que me diga si es lo que usted pidió.

El profesor tomó la hoja y la leyó en diagonal.

    - María, pensé que había sido suficientemente claro la clase pasada. Todo cuento debe contener una introducción, un desarrollo y un final. Al cuento aún le falta algo llamativo en el desarrollo y un desenlace.

    - ¿le parece esto lo suficientemente llamativo profesor?

El señor K levantó la mirada y vió un revólver apuntándole justo entre los ojos, tragó saliva y balbuceó

    - no me digas que el final es...

Bang!

4 jul 2014

Prólogo

Lo sé, el prólogo va antes del primer cuento, pero se me ocurrió escribirlo después y como no puedo cambiar la fecha de los post...

Hasta ahora llevo sólo un par de cuentos.
Me pregunto si tendré el tiempo, las ganas y la creatividad suficiente para seguir escribiendo, pero hay que partir por algo, si no la respuesta sería demasiado fácil.

20 jul 2013

La noche que todo empezó

  ¿Alguien pasó por ahí? No puede ser, en casa están sólo mi hijo y mis nietas, pero duermen en el segundo piso. Además que no escuché nada, y con este piso de madera no es posible caminar en silencio. Seguro una luz en la ventana me jugó una mala pasada.

  Me calmé, y en un par de minutos de nuevo lo sentí, algo pasó fuera de mi dormitorio. No estaba seguro de qué era, pero lo sentí.

  Me quedé inmóvil esperando entender qué pasaba, pero sólo oía el silencio de la noche y mi respiración. Sentía el aire helado en la nariz al respirar y...

  Lo sentí nuevamente, algo estaba en la casa, y no pude volver a calmarme. Pensaba que si cerraba los ojos algo se acercaría de pronto a mi cara a espantarme y yo gritaría, moriría del susto. Debía ir a ver.

   Salí del cuarto y revisé el primer piso, pero no había nada. Había una sensación de caos en el ambiente, angustia. Me asomé por la escalera, había una luz tenue en el segundo piso que lo iluminaba por completo. No distinguía qué podía ser, ¿la luz del vecino entrando por la ventana, las luces de un auto, la luna llena?  No se parecía a nada de eso.

  Comencé a subir por la escalera y sólo veía esa luz que se hacía más fuerte y extraña a medida que me acercaba, y casi al llegar me inundó el temor, me di vuelta en dirección a mi pieza y ahora estaba iluminada. Era como si alguien hubiera encendido la luz y oí algo.

  Bajé lentamente tratando de no hacer ruido, pero los crujientes escalones de madera delataban mis pasos.

  Sentí un llando viniendo de mi pieza, sabía que era mi hijo, mi corazón se aceleró y comencé a correr.

  Cuando llegué a mi pieza todo se aclaró. Los vi a todos ahí: a mi hijo, mis nietas, al paramédico y a MÍ...

  Los vi por última vez, sabía que debía irme pronto, sabía que debía volver a la luz.

6 jul 2013

Abducción

    ¡¡TAH!! ¡¡TRHUOT, TOH!!  No recuerdo más.

     Yo estaba con los muchachos. Algo no andaba bien, algo había en el aire. Y de pronto ese ruido como de dos rocas golpeándose, y me dormí de inmediato. Lo último que recuerdo es sentirme caer como una bolsa. Sólo queda ese sonido en mi memoria, y el de algo azotándose en el suelo que seguramente fue mi cabeza. Si no fuera por este dolor en el cuello, el chichón y el brazalete podría creer que todo fue producto de mi imaginación.

    Mis amigos me cuentan que con los ruidos simplemente huyeron despavoridos. Eran ruidos muy extraños que no habíamos escuchado antes. No puedo culparlos, huir ante el peligro está en nuestros genes. Además, habíamos escuchado muchas historias como ésta, que aunque no creíamos que fueran ciertas de pronto las sentimos tan reales como si las hubiéramos vivido. Claro, hasta que no le pasa a uno mismo cree que todos se lo inventan, que son cuentos. Cuando le contemos estas historias a nuestros hijos pensarán lo mismo de nosotros, seguro.

    Pasaron un par de minutos para que ellos se juntaran nuevamente en un lugar seguro y notaran mi ausencia. Sólo Aron tuvo las agallas para volver a buscarme. Los demás...   no puedo decir nada, quizás yo tampoco hubiera vuelto.

    Aron me cuenta que me halló en el suelo. Yo recuerdo su voz muy a lo lejos diciendo "debemos volar, están aquí, por favor despierta", pero cuando desperté ya era demasiado tarde, nos habían capturado a ambos.

    Sedaron a Aron, y yo me hice el que seguía dormido para ver si me daban la oportunidad de huir. Pero eran muchos y mucho más grandes que nosotros. Eran unos gigantes que medían más de veinte veces lo que nosotros. No paraban de hacer ruido, se veían muy apurados aunque se movían lentamente. Al primero que analizaron fue a Aron,  lo midieron, le sacaron plumas, le enterraron algo en el ala, fue horrible, pensé que nos torturarían hasta matarnos. Uno de ellos advirtió que me había despertado y me enterró una lanza pequeña en mi ala, y sentí lo mismo que antes, como si me durmiera de golpe.

    Y luego despertamos solos, con la mirada vigilante de uno de ellos. A Aron le gusta decir que nos escapamos, pero realmente nos vigilaron en todo momento y estoy seguro que nos dejaron ir cuando ellos quisieron.

    Y esa es la historia de los brazaletes de Aron y el mío. Siempre pensé que las abducciones por los seres humanos eran mentiras. Más aún, pensé que ni siquiera existían y que todo era un invento de algunos que querían destacar.

    Pero créeme, experimentan con nosotros, quizás cuantas cosas hicieron cuando me volvieron a dormir. Quizás nos estén vigilando en este momento...